Un diálogo entre la intuición y el azar, donde lo imperfecto se convierte en protagonista, y cada captura es una pregunta que se despliega más allá del encuadre.
El control cede paso al descubrimiento. un instante que respira por sí solo, un recuerdo que no se limita a reproducir, sino que traduce la realidad en una emoción, en un latido, en un caos armónico.
Obsérvalas, no esperes una copia del mundo, sino un eco distorsionado de lo que pudo haber sido, cargado de vida propia.